La cuarta prosa







La organización de escritores, aceptando la transformación
de sus órganos en un sótano de tortura donde se destruye,
en la mayor impunidad, el trabajo y la honestidad de un escritor,
se convierte en una amenaza real para cada hombre de letras.

Yo no pertenezco a ningún grupo literario ni soy miembro formal del FOSP. Nunca recurrí a los órganos de la Federación para pedirle que resolviera cualquier conflicto que yo pudiese tener,
y no he otorgado ningún poder para el examen de mis asuntos civiles a las comisiones de conciliación del FOSP.
Hoy, veo que confiar mi honor a los órganos judiciales y al arbitraje de los órganos del FOSP sería, cuando menos, una falta grave. Cliente involuntario de sus cámaras de justicia, he acabado por convencerme de que las mismas se caracterizan por una enorme falta de cultura, una patente debilidad y una completa sumisión
a las posibles presiones, y que el menor juez profesional sería preferible al tribunal de escritores, cualquier instancia jurídica
de este imperfecto país en construcción, que es el nuestro.

Lejos de mí la idea de considerar al escritor como un ser superior
y de encontrar en él el ejemplo de las virtudes cívicas; pero nadie autorizó al escritor a ponerse por debajo del nivel medio
de la cultura y la época, nadie le autorizó para atentar
contra el ideal de justicia de su contemporáneo
y burlarse del sentido común.

decor


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e-book Mandelshtam La cuarta prosa

Osip Mandelshtam (1891-1938)

Mandelshtam La cuarta prosa

Autor: Osip Emílievich Mandelshtam
Título: La cuarta prosa
Traducción: Jorge Segovia
y Violetta Beck
Nº de páginas: 94
Tamaño: 23 x 14,4 cm
Fecha de edición: 2007
ISBN-13: 978-84-96817-00-5